Los deberes son tareas que cada uno está comprometido a cumplir. Son obligaciones que debemos desarrollar no sólo por nuestro bien sino por el bien de todos. Estas tareas o compromisos hay que cumplirlos con gusto, con alegría y nadie los puede cumplir por ti.
A medida que tu hijo se hace mayor, va teniendo que cumplir cada día más compromisos y responsabilidades. Los deberes escolares es uno de los más grandes pasos que tendrá que dar hacia la disciplina y el conocimiento. Con cada curso escolar, el niño va dilatando su agenda de deberes para hacer en casa, hasta tal punto que muchos padres se preguntan por qué los niños no realizan estas actividades en el colegio. Y por qué, después de pasar tantas horas en un aula, tienen que traer, además, deberes para casa.
Los deberes son un entrenamiento para el futuro
A partir de Tercero de Primaria es importante que niño sea consciente de que debe dedicar diariamente un tiempo para hacer los deberes. Cada colegio y cada profesor tienen un sistema, pero suele ser habitual dedicar una o dos horas diarias a realizar esta tarea. En principio, los padres deben enseñar al niño a organizarse, a planificar su tiempo de estudio en función de las actividades escritas y de los temas a estudiar. Conviene enseñarles a resumir y sintetizar, a hacer esquemas y a optimizar su tiempo para que después el niño pueda organizarse sólo. Los deberes deben entenderse como un compromiso que el niño debe cumplir sin precisar de la orientación constante de otra persona. A través de los deberes, los niños deben aprender a administrar su tiempo y a organizarse, y deben servir de incentivo para responsabilizarse de hacer su trabajo de una forma correcta y precisa. En definitiva los deberes promueven el desarrollo de habilidades como la organización, la precisión, la disciplina y el compromiso. Estas prácticas son de gran utilidad en su vida de adultos.Disciplina y esfuerzo
El objetivo de los deberes de casa es fijar lo aprendido en clase, al tiempo que enseñan al niño a trabajar por su cuenta y a ser responsable de sus tareas. Por tanto, evita sentir pena cuando tu hijo te diga que tiene muchos deberes o empiece a llorar diciendo que no tiene tiempo para jugar y otras cosas por el estilo. Es recomendable ayudarle a superar sus dificultades en el estudio y mantener la disciplina marcando el tiempo justo para hacer los deberes. Más tarde, en el futuro, tu hijo te lo agradecerá.
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